Hoy trataremos la Galicia interior.
Aunque la población en esta comunidad autónoma se concentra especialmente en la costa.
Existe algo en la montaña de interior que sigue perdurando a través de los siglos: la aldea.
Cada vez son menos las que siguen pobladas pero en cualquier sitio apartado del mundo te encuentras ese conjunto de casas agrupadas entorno a una iglesia o capilla, que conforma nuestra más que conocida aldea rural.
Las zonas de interior: Melide, Lalín, Agolada, Rodeiro se resisten a abandonar este modelo de asentamiento, aunque algunas terminan silenciosas y con sus casas sostenidas únicamente por enclenques piedras a punto de sucumbir.
Pero todavía más increíble es La Sierra del Courel, que presenta en sitios imposibles, grupos de casas que siguen firmes tras el paso del tiempo.
En la foto un ejemplo de la vieja aldea es Visuñas que sigue presentando su forma primitiva; casas casi circulares coronadas por cónicos tejados que les dan un aspecto similar a los castros celtas o a la palloza tan típica de esta zona.
La otra foto es Seceda una aldea antigua pero totalmente restaurada siguiendo un poco la tipología de la aldea del lugar: piedra con madera de castaño, y calles empedradas que en algunos tramos se convierten en pasadizos por debajo de las casas.
Estos son dos ejemplos del encanto de la aldea en el Courel.
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